jueves, 6 de diciembre de 2012

- La adolescencia temprana, olvidada


En concreto…  (Publicada el 27 de noviembre)

Por: Joaquín Peregrino Gómez
Twitter: @joaquinpegoz

Por muchos años los programas gubernamentales se han enfocado a la atención de la niñez y la juventud; eso es loable, aunque no lo hayan hecho con toda eficacia posible, ni  a la par de los recursos que gastan. Sin embargo, hay un segmento social que ha ido olvidando, y es precisamente el más vulnerable, si de construir nuevas generaciones se trata. Me refiero a la adolescencia temprana o primaria como le llaman los psicólogos y  que va de los 11 a los 14 años, otros las manejan de los 10 a los 15. Después de todo, la  edad no es algo definitivo, puede variar según el individuo y el grupo social. Según el Fondo de Población de la Naciones Unidas (UNFPA), la población de adolescentes en México en el 2007, era de 21 millones, entre los 10 y 19 años, por lo que cabe suponer que la población en adolescencia  temprana es de alrededor de 10.5 millones. De ahí pues su importancia para el diseño de los programas educativos, sociales, culturales y recreativos de los gobiernos.

A este periodo se le conoce como "años tormentosos", pues va entre el final de la niñez y el despertar al mundo como miembros de una sociedad a la que deben adaptarse y conquistar. Dejan la seguridad de la niñez y se enfrentan a un mundo desconocido, hostil  a veces y desconcertante. Es aquí precisamente donde debería enfocar sus baterías la educación de calidad, darle atención a este segmento social; sobre todo la educación media básica (Secundaria). Los programas educativos actuales, van enfocados más a darle competencias técnicos funcionales, que competencias genéricas que los ayuden en su desarrollo como seres humanos. Esta es la edad para darles herramientas básicas para el manejo adecuado de sus emociones. Capacitarlos para entrar y enfrentar ese periodo crítico de desarrollo, de transición, de crisis de identidad, de rebeldía compulsiva y recurrente. En vez de condenarlos, comprenderlos; en vez de ignorarlos, atenderlos.

No podemos dejar a nuestros púberos a merced de los programas televisivos enajenantes e idiotizantes de Televisa y TV Azteca. Tampoco debemos permitir que sean víctimas de los aparatos móviles de comunicación, ni de las redes sociales, ni mucho menos de la delincuencia organizada o desorganizada. Como adultos, sabemos lo que queremos para este grupo social, que muy pronto tomará las riendas del país. Mientras eso llega, ¿Qué hacemos para educarlos? ¿Cómo los estamos encaminando para su desarrollo pleno? Vivimos en  un mundo consumista a más no poder, las grandes trasnacionales no conocen de reglas morales, solo consideran los valores de mercado. Estamos regidos por la ley del mercado, que nos impone lo que debemos consumir para sentirnos ciudadanos  plenos y felices, eso incluye el consumo de tabaco, alcohol y drogas más fuertes.  El gobierno, los maestros, los padres de familia y las iglesias, no pueden permanecer inmóviles ante la seria amenaza que se cierne sobre estos seres arrancados de la niñez, para aprender a ser adultos.

"La biología es el destino", decía Sigmound Freud. Sin embargo, al hablar de biología no consideremos solo la parte física; debemos de considerar los tres dominios primarios biológicos, que son: El cuerpo, la emocionalidad y el lenguaje. Dominios que debe contemplar todo plan educativo para este segmento social. El adolescente experimenta cambios en su cuerpo tanto estructurales como funcionales, además,  aumentos de las hormonas sexuales; esto mismo lo lleva a cambios sicológicos, que derivan en estados emocionales para los que la educación tradicional no los prepara. Estos estados emocionales conducen a los adolescentes muchas veces a la rebeldía, la transgresión de las normas, al consumo de drogas o la violencia intrafamiliar.

Los padres deberían capacitarse para conocer el entorno psicosocial del adolescente temprano, partiendo de la base, que observan mundos distintos e interpretaciones variadas, y a partir de esa diferencia generacional e interpretativa, construir relaciones firmes y conversaciones eficaces basadas en el respeto y legitimidad del adolescente. Ser para ellos, ejemplo de congruencia e impecabilidad. Que los gobiernos incluyan en sus planes de estudio, competencias genéricas para darles apoyo perseverante, orientación  sabia y guía efectiva. Lograr que los jovencitos, en vez de sentirse agredidos o reprendidos, sean capaces de establecer vínculos con el mundo que los rodea partir de la riqueza interpretativa de su entorno. Que la diferencia no sea una barrera sino una herramienta para consensar. La adolescencia lejos de ser una etapa tortuosa y traumática, que sea una etapa de transición rica, dichosa y placentera, y esa será la calidad de seres humanos que le heredaremos al planeta.

CONCRETÍSIMO

…EL ASUNTO DEL nuevo edificio del IPECT, puede ponerse mas candente a partir de mañana, pues según trascendió, el Secretario Ejecutivo, Armando Xavier Maldonado fue citado a las 11:00 horas a comparecer ante la Contraloría, para confrontar señalamientos directos del ex director administrativo. Se sabe que también hay señalamientos en contra de la Comisión de Consejeros que avaló la compra del edificio, integrada por Héctor Aguilar Alvarado, Jorge Montaño Ventura y Gustavo Rodríguez Castro, aunque a ellos los salva, el no ejercer funciones administrativas.  Por cierto uno de ellos fue el último en firmar la minuta que daba luz verde a la Junta Estatal Ejecutiva para la compra del inmueble,  porque estaba en desacuerdo. Ojalá pronto se sepa la verdad de este espinoso caso y se proceda en consecuencia. En fin, veremos. joaquinperegrino@hotmail.com. www.enconcreto-jpg.blogspot.com.

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